Introducción
La nutrición es una pieza clave para la vida de cualquier cultivo, haciéndose necesario un adecuado diagnóstico, como punto de partida de nuestro plan de fertilización, que escoge los nutrientes, las dosis, las épocas y forma de aplicación eficiente para un buen aprovechamiento de los mismos.
Índice
- ¿Cuánto fertilizante necesita una planta?
- Requerimiento promedio en nuestras zonas maiceras
- Programa de fertilización Del Monte AG
- Conclusión
El gradual y sostenido crecimiento de la productividad en las áreas maiceras de Ecuador, revela como este cereal responde a la implementación de tecnologías como la elección del híbrido, las zonas adecuadas, la densidad, la oferta de agua y nutrientes y un adecuado manejo del de malezas, plagas y enfermedades.
Para que el negocio agrícola sea sustentable es esencial mantener la fertilidad del suelo, capital mayor, de cualquier agricultor.
Cabe recalcar que la respuesta a los fertilizantes que aplicamos varía de acuerdo a las condiciones climáticas (temperatura, humedad, radiación solar), características del suelo (textura, estructura, materia orgánica), prácticas de manejo del cultivo (densidad de siembra, irrigación, etc.), es decir, a los factores que gobiernan en nuestra finca y que interactúan con el material sembrado.
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¿Cuánto fertilizante necesita una planta?
El maicero debe identificar la edad o etapas de desarrollo de la planta, para saber qué cantidad de nutriente necesita en cada una de ellas. Los altos rendimientos del cultivo exigen concentraciones mayores de estos elementos, que en el caso del cereal son los principales: Nitrógeno, Fósforo, Potasio, Zinc, Azufre, Calcio y Magnesio, la deficiencia de cualquiera de estos elementos tiene el potencial de reducir el desarrollo y/ó rendimiento del cultivo.
Para alcanzar altos rendimientos, el maíz debe lograr un óptimo estado fisiológico en cada etapa de desarrollo, la adecuada disponibilidad de nutrientes especialmente a partir del momento en que estos son requeridos en mayores cantidades (aproximadamente con 5-6 hojas desarrolladas), asegura un buen crecimiento foliar y una alta eficiencia de conversión de la radiación interceptada.
Una de las herramientas más confiables para evaluar la disponibilidad de nutrientes es el análisis de suelo lo cual al combinar con las necesidades nutricionales del híbrido se definen de acuerdo al nivel de rendimiento potencial que se pueda obtener con el mismo que en nuestro medio puede ir de 180qq a 300 qq /ha (húmedo y sucio).
Requerimiento promedio de nutrición en nuestras zonas maiceras
Los requerimientos promedios por hectárea en nuestras zonas maiceras se ubican en el siguiente orden de:
- Nitrógeno 180 kilos
- Fósforo 60 kilos
- Potasio 90 kilos
- Azufre 20 kilos
- Calcio 16 kilos
- Magnesio 6 kilos
- Zinc 4 kilos
- Manganeso 2 kilos
- Boro 0,5 Kilos
Es importante tener en cuenta que la respuesta a la aplicación de Nitrógeno estará significativamente afectada por falta de humedad durante el ciclo del cultivo. Este elemento promueve la tasa de crecimiento de la planta de maíz y presenta una mayor respuesta durante la etapa de floración.
La disponibilidad del fósforo depende no sólo del nivel del mineral en el suelo, sino también que exista en el suelo buen contenido de materia orgánica, acidez neutra, textura del suelo y está muy relacionado el fósforo con el rendimiento. El uso del fertilizante fosfatado debe realizarse a la siembra o antes de la misma para que esté disponible para la planta desde la germinación.
La fertilización azufrada está muy asociada a la materia orgánica, por eso ambientes con deficiencia de este nutriente son aquellos que han tenido varios años de labranza, en monocultivo de soja y suelos arenosos. El azufre participa en reacciones de intercambio de energía, en la estimulación de la actividad microbiana y descomposición de la materia orgánica. También se observan respuestas al azufre cuando se optimiza el aporte de nitrógeno y fósforo.
El potasio vuelve al suelo. Es poco lo que sustrae la planta y se queda en las hojas y los tallos. Este mineral está relacionado con la síntesis de proteínas, sistemas de defensa, absorción de nitrógeno.
Los micronutrientes también juegan un papel importante, entre ellos el zinc, boro, cloro, cobre, hierro, manganeso y molibdeno.
Incorporar los residuos de cosecha al suelo, es una sabia práctica para aumentar la biomasa microbiana y contar con nutrientes que estarán disponibles para el próximo cultivo.
Programa de nutrición Del Monte AG
Siembra: Super Power Arranque (Inicio). Nitrógeno total (10%N), Fósforo (14%P2O5), Potasio (6% K2O), y Azufre (5% S). Una sola aplicación directa al suelo, en dosis de 200 kilos (4 sacos) por ha, aplicarlo al instante. El suelo no debe estar seco, enmalezado, encharcado o aplicarse con lluvia.
Desarrollo: Super Power Maíz Desarrollo. Nitrógeno (24%N), Potasio (23%K2O). Se coloca solo una vez a una distancia de 10 a 15 cm de la plantita, directo al suelo húmedo y limpio a los 15 días de edad en dosis de 3 sacos (150 kilos) por hectárea.
Cierre: Extreme DM Azufre. Nitrógeno (43%N) Azufre (5%S). Es la última fertilización y se emplea a los 32 – 35 días de edad del cultivo. Se utilizan 3 sacos por hectárea (150 kilos) y estos elementos trabajando en conjunto permiten que siga el crecimiento más activo de las plantas, resistencia al frío y la tolerancia a la sequía, formación de clorofila y ayudan a desarrollar enzimas y vitaminas.
Conclusión:
Queda claro que el crecimiento vegetativo y la necesidad de suplementar nutrientes al maíz, varía apreciablemente entre lotes, épocas climáticos y años de producción. Por eso Del Monte AG ofrece al productor, tecnología y materiales más innovadores que hacen de la agricultura, una actividad más rentable.
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